Sólo ha jugado 5 partidos esta temporada, y todos a principio de temporada (5.8 puntos, 4.6 asistencias y 2.8 rebotes de media). El 9 de noviembre del año pasado caía lesionado contra los Pacers y los servicios médicos de los Wolves decidían pasar por el quirófano. El 19 de noviembre acudía a su novena artroscopia de rodilla desde el instituto. Todo iba relativamente bien en su proceso de recuperación hasta el 24 de enero, de hecho tocaba balón y entrenaba normalmente. Ese mismo día afirmaba que se sentía preparado para volver a jugar. Pero el sábado 26 de enero tuvo una recaída en su recuperación, volvió a sentir muchos dolores en su rodilla, y a partir de ahí todo el optimismo de Brandon Roy se fue al garete. El antiguo escolta de los Blazers cuando volvió a sentir esas molestias que ya - desafortunadamente - le son tan conocidas, declaraba para CSNNW visiblemente emocionado que meditaba la retirada por segunda vez. Luego de esto, los Wolves estuvieron en contacto con su agente y querían librarse antes del 21 de febrero de su contrato de 5 millones de dólares. Se discutieron buyouts o intentaron meterlo en un traspaso, mostrando como atractivo a las demás franquicias su segundo año de contrato, que no está garantizado (los Timberwolves incluyeron una "cláusula de retiro", por así decirlo; es decir, que si Roy se retiraba otra vez por problemas físicos, los Wolves no estarían obligados a pagarle los 5.329.500 de su último año).
Pero parece que la situación ha dado un giro sustancial para el otrora All-Star y llamado a ser el sucesor de Kobe Bryant. Según apunta Twincities.com, un diario digital de la ciudad de Minnesota, B-Roy ha estado entrenando duro estas dos últimas semanas, y su delicada rodilla derecha no le está dando problemas. De hecho hablará con el entrenador de la franquicia, Rick Aldeman, para regresar al terreno de juego esta misma semana. Puede ser un buen momento para que Brandon Roy vuelva a jugar sin presión y pille ritmo de competición, en unos diez últimos partidos en los que los Timberwolves (26-46) no se juegan absolutamente nada, ya que los playoffs son - un año más - una meta más que imposible. Todo apunta a que quiere volver a sentirse jugador antes de tomar una decisión definitiva: si dejar por segunda vez y posiblemente última, el baloncesto profesional, o darle una oportunidad más al deporte que significa su vida.
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