El comisionado de la NBA, David Stern, que lleva casi treinta años en el cargo más alto de la National Basketball Association, tiene un capricho que cumplir antes de su retirada - fijada por él mismo, como no podía ser de otro modo, en 2014 -; el regreso de los Supersonics a Seattle. Para ello se valdrá de un potente aliado: el CEO de Microsoft, Steve Balmer. Éste último lleva presionando durante un buen tiempo a la familia Maloof, dueños mayoritarios de los Sacramento Kings, para que vendan su paquete de acciones. Además, la presión sobre los Maloof va en aumento, ya que la posibilidad de la construcción de un nuevo estadio se diluye.
Los fans de los Supersonics nunca perdonarán la complicidad del actual comisionado en el movimiento de franquicia a Oklahoma. Pero no tendrán la oportunidad de abuchearlo. El plan de David Stern es retornar la franquicia a Seattle y dejar que su protegido y próximo comisionado, Adam Silver, haga el rimbombante discurso en la noche del esperado regreso.
¿Volveremos a ver al antiguo equipo de Gary Payton?
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