
Sin embargo, la entrada en escena de un grupo inversor que pretende llevar a la franquicia a Seattle - hecho que curiosamente apareció en NBeando en octubre - y restablecer el desaparecido equipo de los Supersonics, ha dado un giro al asunto. Desde la aparición de Steve Balmer y Chris Hansen, los principales inversores de esta quijotesca empresa, la familia Maloof ha empezado a dar portazo a todos los equipos interesados en Cousins. Hay que recordar que no fueron pocos: Atlanta, Boston, Charlotte, Washington y Dallas preguntaron en las oficinas de los Kings por la disponibilidad del antiguo jugador de la universidad de Kentucky.
Y es que su contrato de rookie es de casi 3,9 millones de dólares para este año, una cifra bastante razonable y que sus actuaciones - dejando de fuera lo extradeportivo - superan el ratio rendimiento/salario notablemente.
Hay que añadir que recientemente ha entrado en escena un grupo inversor que quiere mantener la franquicia en Sacramento, liderado por Mark Mastrov, fundador del 24 hour fitness, la cadena de gimnasios con más miembros del mundo.
De este modo, los Kings van a dejar correr el reloj y que la venta se consuma para que sus nuevos dueños vean que hacer con el problemático jugador. ¿Y si la venta no llega a materializarse? Interesados no faltarán.
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